Siguiendo con nuestra serie de reflexiones devocionales llamada: "El decálogo a luz de la gracia", veremos hoy el quinto mandamiento: "No mates".
Todos los teólogos y especialistas en el Antiguo Testamento concuerdan en que el mandamiento está aludiendo a no matar de manera premeditada. Y esto a raíz de que las palabras en hebreo así lo indican.
En tiempos del Éxodo, la vida de un ser humano no tenía el suficiente valor. Existía la esclavitud y una lista perenne de atropellos contra los derechos humanos. Y debido a eso, Dios le manda a su pueblo que respeten el derecho a la vida de sus semejantes y la de ellos mismos.
El mandamiento exalta la dignidad de la vida humana. Protege el derecho a la vida que todos tenemos, no importando la edad, el sexo, religión o condición social.
Es un pecado matar porque Dios es el dueño de la vida y sólo él tiene la potestad de decidir cuándo se terminará la vida de un individuo sobre la faz de la tierra.
Los pecados que tienen relación con este mandamiento son: el aborto, el asesinato premeditado y el suicidio.
Ahora bien, Jesús en el Nuevo Testamento fue más allá de este mandamiento. Porque para él la dignidad humana vale muchísimo. Y para no agregar o quitarle a lo que Jesús dijo es mejor que lo veamos literalmente:
«Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates, y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal.” Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno.» Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.» Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te echen en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo. Mt 5:21-26.Consejo para hoy: Antes se dijo que matar era malo, pero hoy tenemos que comprender a la luz de las palabras de Jesús que igual de malo es ofender, maltratar y maldecir a alguien. Por eso, como cristianos debemos tener en gran estima la dignidad humana, tanto así que no nos atrevamos a insultar o mirar con desprecio a alguien solo porque es de otra religión, ideología política, forma de vivir... en fin, nada debe ser motivo para que nosotros ofendamos o veamos con cierto desprecio a una persona. tampoco debemos olvidar que para el Señor es mucho más importante que primero arreglemos cuentas con nuestros semjantes y luego ofrendemos.
¡Que nuestras vivencias con Jesús nos impregnen del valor que tiene para él la dignidad humana!
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