"Danos el pan", es el cuarto elemento de la oración modelo que Jesús mencionó y que quedó registrada por los evangelistas Mateo y Lucas.
La expresión: "Danos el pan", demuestra que nosotros debemos depender única y exclusivamente de nuestro Padre Celestial. No de nuestras fuerzas, conocimientos y habilidades, pues al final quien nos da la fuerza, la sabiduría, y nos ha dotado de habilidades, fue él mismo. Además, esta expresión denota que el Señor se preocupa por todas nuestras necesidades, y podemos afirmar esto ya que incluyó este elemento en la oración modelo. ¡Que hermoso es saber eso: El Señor sí está preocupado por todas nuestras necesidades! Y no importa cuán pequeñas y minúsculas sean, o cuán grandes e imposibles parezcan, él está preocupado por todo eso.
Una cosa que se puede notar, es la jerarquía que tiene la oración modelo: primero se le debe reconocer y adorar, luego podemos pedir todas aquellas cosas que nos hacen falta.
Al orar, primero exaltemos y adoremos su nombre, luego pidamos todo aquello que necesitemos. De esa manera, hasta bonita suena la oración. Pues imaginemos (de forma muy hipotética) que somos Dios, y que uno de nuestros hijos viene y de una sola vez pide y pide, pero nunca nos dice que nos ama, ni nos adora. Pareciera como si solo nos necesita para que suplamos sus necesidades y ora por conveniencia propia. ¡Qué feo!
Por eso, nuestra oración, más que solo súplicas, debe estar impregnada de dulces palabras de adoración al Señor. De esa manera, ya habiendo enamorado al Señor, hasta con placer escuchará cuando le pidamos todo aquello que necesitamos.
Hoy, oremos elevando una adoración nacida de nuestro corazón agradecido y luego, cuando sintamos que él nos está diciendo: ¿quieres que te conceda alguna petición en especial?, aprovechemos para decirle: Danos el pan nuestro de cada día, y él, sin duda alguna, suplirá todas nustras necesidades.
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