El Señor, de alguna manera me ha hecho saber que tú, que estás invirtiendo tiempo en leer estos devocionales, estás escaso de oración. Por eso, hoy me ha motivado para escribir una palabra que me ha dado para ti, respecto a la oración. Abre tu corazón y atiende su voz hoy:
Te he escuchado cuando me oras en público junto a tus hermanos en la congregación, y las veces que te diriges a mí antes de comer o dormir.
Pero desde hace algún tiempo, te estoy extrañando en el secreto.
Esperaba que te dieras cuenta de lo mucho que me haces falta en el secreto de tu oración, pero en vista de que estás tan ocupado en tus quehaceres, se me ha hecho necesario llamar tu atención de manera directa y sincera.
A veces en el silencio de la noche te he llegado a despertar, pero solo te das vuelta en la cama sin percatarte que yo te estoy anhelando en oración.
Pienso todo el tiempo en dejar caer sobre ti mis bendiciones, rodearte de mi gloria y que mi presencia inunde todo tu ser, pero no puedo hacerlo porque aunque te he estado esperando todos estos días, tú no te acercas para hablar conmigo un ratito.
Espero que comprendas que te estoy esperando en el secreto hoy.
¿Vendrás hoy? Te espero.
hermoso ahi estare
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