Tu función en el cuerpo de Cristo es muy importante, ¡jamás pienses lo contrario!
Es probable que te encuentres triste porque piensas que tu función en el cuerpo de Cristo no es tan importante. Observas a los grandes predicadores y piensas que ellos sí son importantes. Miras a los cantantes y concluyes que cantar a Dios es algo valioso. Pero tú piensas que eres solamente el que limpia los baños de la iglesia, a lo mejor solo eres el que estaciona los automóviles en el aparcamiento del templo, quizá el que recoge la ofrenda, probablemente solo eres el que ora para que el Señor use al pastor en la predicación... pues bien, déjame decirte que tu función en el cuerpo de Cristo, y en la congregación a la que asistes, es muy valiosa.
Tu función en el cuerpo de Cristo es tan importante como la del predicador o como la del cantante de alabanzas. Así que no te desanimes, tú eres importante. Eres como ese clavito, importante como los que ejercen otras funciones en el cuerpo de Cristo.
No intentes ser predicador si nos has sido llamado a eso. No procures ser cantante si tu llamado es otro. ¡Has exactamente lo que Dios te encomendó, pues eso hará que las cosas marchen bien en el cuerpo de Cristo!
(1Co 12).
No hay comentarios:
Publicar un comentario